Pero toda esta parafernalia quedó de lado al menos por un momento. Es que anoche no fuímos nosotros quienes recibimos los agradecimientos, como comúnmente ocurre, sino que sorpresivamente el galardonado fué nuestro trabajo, las lagrimas estuvieron en nuestros rostros.
Luego de muchas idas y venidas y tras diez años de arduo trabajo, por primera vez somos reconocidos en el lugar que nos vio nacer y desde donde nos catapultamos a la fama.
La llegada del progresismo al rectorado UNQ generó muchas expectativas y este reconocimiento al periodismo independiente y comprometido con la verdad demuestra que estas no eran infundadas. ¡¿Qué mejor comienzo de gestión?!.
Luego de unas pocas pero emotivas palabras, el entrante Rector, Gustavo Lugones, entregó el premio -largamente deseado- a nuestro Director y graduado de la casa (quien mantuvo su rostro celosamente protegido bajo una costosa máscara).
En una charla de café, una vez terminada la ceremonia, Lugones elogió el “excelente trabajo que Hard-Bard realiza” ya que “la cantidad de errores ortográficos y catástrofes gramaticales son insignificantes comparados con el Area de Prensa de la Universidad”. Y hasta propuso sumar a los integrantes de H-B a la gestión, dirigiendo ese triste y devaluado sector.
El único pedido de la máxima autoridad unquiana estaba referido al compromiso de “enviar la publicidad de los eventos que en la UNQ se realicen antes de que estos culminen”.
De más está decir que agradecimos el ofrecimiento, pero gentilmente desestimamos la oferta, ya que este nuevo rol nos quitaría independencia y nos obligaría a lidiar con personajes como Leonardo Marina y Leticia Spinelli.