Nada es casual en la UNQ y la construcción de la nueva imagen “kaufmaniana” de Alfredo Alfonso tampoco.
El amable “Alfred“, como lo llaman sus empleados y chupamedias, se pasea hace unas semanas con su nuevo look por la universidad. De su boca ya no salen solo comentarios berretas sobre materiales audiovisuales que nunca vió, sino que ha comenzado a esbozar frases estructuradas que su entorno, obviamente, no entiende.
Quienes mas cerca se encuentran de esta rechoncha figura cuentan que todo se inició cuando un publicista comenzó a frecuentar a “Alf.Alf.“ y delineó su plan para convertirlo en rector: “Tenés que parar con la rosca, el chiquitaje y las huevadas, y aprender a hablar si querés ser rector” le habría dicho su consejero.
Desde ese día hasta hoy no se han visto rastros de vida inteligente en las frases de Alf, pero lo que sí es una realidad son los bigotes al mejor estilo Alejandro Kaufman...
Desde Hard-Bard prometemos mantenerlos al tanto del ambiocioso plan que tanto bien puede hacerle a nuestra querida casa de altos studios.
El amable “Alfred“, como lo llaman sus empleados y chupamedias, se pasea hace unas semanas con su nuevo look por la universidad. De su boca ya no salen solo comentarios berretas sobre materiales audiovisuales que nunca vió, sino que ha comenzado a esbozar frases estructuradas que su entorno, obviamente, no entiende.
Quienes mas cerca se encuentran de esta rechoncha figura cuentan que todo se inició cuando un publicista comenzó a frecuentar a “Alf.Alf.“ y delineó su plan para convertirlo en rector: “Tenés que parar con la rosca, el chiquitaje y las huevadas, y aprender a hablar si querés ser rector” le habría dicho su consejero.
Desde ese día hasta hoy no se han visto rastros de vida inteligente en las frases de Alf, pero lo que sí es una realidad son los bigotes al mejor estilo Alejandro Kaufman...
Desde Hard-Bard prometemos mantenerlos al tanto del ambiocioso plan que tanto bien puede hacerle a nuestra querida casa de altos studios.