miércoles, 8 de octubre de 2008
Crisis económica: estampida de precios en el bar homónimo. CEPA, sin fotocopiadora. El Túnel, a salvo, por confianza en el mercado (de enfrente)
Lejos de las afirmaciones oficialistas que hablan sobre supuestas ventajas de nuestro país en medio de la crisis económica que aqueja al Capitalismo Mundial y Salvaje, los efectos del temblor financiero ya llegaron a la Universidad de Quilmes. Los más afectados, hasta ahora, han sido los nunca bien ponderados amigos del bar de Crisis, justamente. Dice desde el mostrador la chica de labio leporino, secundada por la heavy: “vos fijáte que acá hemos visto de todo. Desde Diciembre de 2001, pasaron quilombos internos y externos, y ni nos inmutamos, pero esto de la… eh… (Se ríe) crisis, hace que los precios suban y entonces baja el consumo promedio de los estudiantes. Y con nuestro kiosco no vamos a dejar que se metan. Este kiosco y Sabrina Paramidani fueron las dos únicas buenas ideas que tuvimos en toda nuestra historia, y de lo segundo no estoy tan segura”. En cambio, si nos corremos a la izquierda de la izquierda, el panorama ya no es de indignación, sino de desolación y despojo: los chicos de la CEPA, otrora vigorosos activistas que llevaban el fuego de su pasión a todos los rectorados, hoy se encuentran diezmados, entre chicas insulsas que ya no tienen ningún afiche para hacer y robustos líderes que cambiaron la militancia por burgueses (y abrigados) sacones de paño. “Nos quedamos sin la fotocopiadora, la razón de nuestra vida” dice amargado un integrante de la CEPA, mientras lagrimea. El joven alude, claro está, no sólo a la paliza electoral que sufrieron, (lo que implicará que todos, o al menos la mayoría, deberán buscar un trabajo de verdad) sino a que, en este contexto de incertidumbre, es difícil proyectar el renacimiento de esta agrupación. No hay mal que por bien no venga, chicos. Pero tranquilo, lector unquiano, a no desesperar. No todo es un bajón en esa facultad del orto: hay gente feliz a la que la crisis económica no afectó ni afectará, porque están protegidos, porque fueron confiables, porque saben cómo convencernos. La muchachada de El Túnel es optimista: “Mirá. Somos un bar. fuerte y seguro, ganamos por afano las elecciones, qué te puedo decir, la vida nos sonríe. ¿Los precios? No nos preocupan. Gracias a nuestro trabajo y dedicación, hemos logrado una relación de confianza y seguridad con el mercado. ¿Cuál?… el de enfrente, jajaja, con el mercado financiero todo mal por ahora… pero estos pelados de acá en frente son lo más, así que nuestros precios serán mucho más estables, porque los locos nos fían”, agregó, exultante, un tunelero de la primera hora que pese a ser rubio se reconoce como (pobre) hincha del sufrido Argentino de Quilmes.
martes, 7 de octubre de 2008
La CEPA se consolida como principal abastecedor de pollos al mercado chino
Que la CEPA ya no es la poderosa organización de masas de años atrás, ya no se pone en duda después de la derrota electoral del “septiembre naranja”. Atrás quedaron los reclamos por la soberanía de Hawai, el cierre de la sala de Internet y el apoyo a la revolución productiva de comienzos de los `90, todas banderas que proveyeron a la agrupación de nutridos grupos de adolescentes del nivel polimodal. Hoy, el fuego revolucionario parece haber mutado a un mechero de Bunsen.
Sin embargo, siguiendo la frase de Mao Tse-Tzunga: "lo urgente generalmente atenta contra lo necesario", los militantes de la CEPA se habrían dado cuenta de que los recursos otorgados por el centro de estudiantes son exiguos para alcanzar la ansiada revolución.
De esta manera, y siguiendo las recomendaciones del Comité Central del PCR y de la Cámara de Supermercados Chinos (CASRECH), la agrupación se inclinaría por hacer pública su verdadera identidad hasta ahora opacada por su vocación antiimperialista. Cronistas de Hard-Bard pudieron comprobar que la legendaria sigla de batalla CEPA, no es más que la abreviación del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, que agrupa a los productores argentinos de carne de aves. Bajo esta nueva ofensiva, la intención de CEPA ahora sería abastecer al emergente país asiático de las proteínas que el kirhnerismo le niega con la nefasta política de retenciones.
En http://www.aviculturaargentina.com.ar/, los lectores podrán comprobar la veracidad de la información recogida por este medio. Allí, la página web de la organización maoísta explica que “con una producción cercana a 1.000.000 de toneladas anuales, los procesadores argentinos, organizados bajo el sistema de integración vertical, método que permite una perfecta trazabilidad del producto, están agrupados en el CENTRO DE EMPRESAS PROCESADORAS AVÍCOLAS - CEPA, la cual se encarga, entre otras cosas, de la difusión, información, seguimiento y contacto de los pollos argentinos y sus derivados en el país y en el mundo”.
Ahora, gracias a Hard-Bard, todo es más claro en la política universitaria y por fin se entiende el apoyo del la agrupación a los reclamos rurales. Nada de intereses partidarios ni de pequeños productores en 4 x 4, la más pura y vil explotación capitalista del mercado avícola para sostener al comunismo chino.
Sin embargo, siguiendo la frase de Mao Tse-Tzunga: "lo urgente generalmente atenta contra lo necesario", los militantes de la CEPA se habrían dado cuenta de que los recursos otorgados por el centro de estudiantes son exiguos para alcanzar la ansiada revolución.
De esta manera, y siguiendo las recomendaciones del Comité Central del PCR y de la Cámara de Supermercados Chinos (CASRECH), la agrupación se inclinaría por hacer pública su verdadera identidad hasta ahora opacada por su vocación antiimperialista. Cronistas de Hard-Bard pudieron comprobar que la legendaria sigla de batalla CEPA, no es más que la abreviación del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, que agrupa a los productores argentinos de carne de aves. Bajo esta nueva ofensiva, la intención de CEPA ahora sería abastecer al emergente país asiático de las proteínas que el kirhnerismo le niega con la nefasta política de retenciones.
En http://www.aviculturaargentina.com.ar/, los lectores podrán comprobar la veracidad de la información recogida por este medio. Allí, la página web de la organización maoísta explica que “con una producción cercana a 1.000.000 de toneladas anuales, los procesadores argentinos, organizados bajo el sistema de integración vertical, método que permite una perfecta trazabilidad del producto, están agrupados en el CENTRO DE EMPRESAS PROCESADORAS AVÍCOLAS - CEPA, la cual se encarga, entre otras cosas, de la difusión, información, seguimiento y contacto de los pollos argentinos y sus derivados en el país y en el mundo”.
Ahora, gracias a Hard-Bard, todo es más claro en la política universitaria y por fin se entiende el apoyo del la agrupación a los reclamos rurales. Nada de intereses partidarios ni de pequeños productores en 4 x 4, la más pura y vil explotación capitalista del mercado avícola para sostener al comunismo chino.
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